Cuando miré mi imagen en el espejo,
aquel antiguo espejo que colgaba de aquel muro, la casa de mi madre, mi único hogar... bajo un manto del cielo que no dejaba de llorar...
cubierta con cada nueva huella, vestida de blanco y temblando de emoción...
No pude dejar de recordar cada segundo que había vivido hasta ese instante...
37 años de existir...
Era el día en que daba el paso mas importante de mi vida y comenzaba una nueva era...
Recordé rostros, imágenes, emociones, alegrías, penas y la vida entera... y con temor a un nuevo comienzo seguí avanzando paso a paso y sensación a sensación...
Sentí que era una mariposa que había estado en pupa durante tantos, tantos años...
Durante toda la vida...
Y salí al mundo, donde un arco iris acompaño todo el rumbo... Aquel a reencontrarme con mi mejor amigo, con mi mejor critico, con mi primer incondicional amor...
Quien se sentó a mi lado y tomo de la mano, para acompañarme hasta el instante de entregarme a mi presente, a mi verdadero amor, amigo compañero y amante...
Alma Gemela...
Aquel que sin dudarlo un instante, desde el primer día, dio todo para hacerme sentir especial, única e irreemplazable...
Venciendo cada miedo, cada dificultad, cada riesgo, cada fantasma...
Aquel pasado tan arraigado en las venas y el alma...
Y dejé, con cada paso que avanzaba hacia ti, cada pulsación de miedo, de inseguridad, de carencias, para emprender un camino nuevo lleno de todos mis sueños y anhelos a los que hube renunciado alguna vez y hoy se volvían cada vez mas y mas presentes...
Alzaste el velo y me diste todo tu amor sin medidas...
y pintaste de colores a un corazón duro y resquebrajado matizado de grises, llenándome de amor, luz, sonrisas y paz sin medidas...
...Y los rayos de luz que emanaban de ti me hacían volver a nacer, volver comenzar en un nuevo mundo, una nueva vida, un nuevo ser, con alas de colores y mil nuevas sensaciones...