domingo, 25 de marzo de 2018

Bajo la ducha...



Cuando vi esta imagen me vi allí,
debajo de la ducha, 
en un final de día estresante y de cansancio.
Cansa el cuerpo, cansa la mente, cansa el alma.
Sea cual sea el motivo, 
el empleo, la familia, los estudios, 
las malas relaciones, los amigos, los bueno o los malos.
La mente cansada ya no se acuerda de rutinas importantes, 
olvida donde está la llave de casa, 
se olvida de pagar una boleta importante, 
olvida la contraseña de la tarjeta. 
Se despierta ya cansada, sin ritmo, sin ánimo. 
Pero despierta, pone su armadura e incluso herida y cansada 
se obliga a ser fuerte, 
a ser la mujer valiente que la sociedad te obliga a ser.
Ser fuerte no es ventaja, es necesario, 
matamos a un león por día y seguimos sonriendo.
Pero cuando estamos a solas, se derrama lágrimas, 
lloramos no porque nos falta coraje, 
es por el exceso de ella que nos obliga a parecer impenetrable. 
Lloramos para aliviar el dolor del alma, 
lloramos porque a solas podemos ver nuestras heridas, 
lloramos con nosotros mismos para ser fuerte.
"Sea fuerte chica, y valiente" 
ya me decían eso desde que recuerdo, 
lastima que no avisaron lo fuerte que era necesario ser.
No te avergüences por hundirte de vez en cuando, 
no te sientas incapaz de llorar por el cansancio de tus días, 
que no te de vergüenza de limpiar sus heridas 
cuando ellas se enfermen. 
Las mujeres sabemos cuan importante es llorar 
para mantener la cordura.
Y no te preocupes ni tengas verguenza, 
que les aseguro que en otras casas 
tambien hay una mujer como nosotras, 
que también esta en la ducha 
dejando que el agua lleve sus dolores...

(Fuente: La vida es tan compleja)

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