martes, 10 de mayo de 2011

Relato Onìrico



"Ayer te encontré en mi noche, observé como tomabas mis manos y escapaba mi alma como luz por entre tus dedos.

En la distancia, de espíritu, sentada en una nube, comprendí que era un sueño, mirando embelesada, de esos sin dueño.
Así quise acercarme y darte parte de mí, tomando yo tus manos, para hacer brillar tu resplandor, pero había un problema, los sueños siempre tienen dueño y esta alma escurridiza no tenía poder sobre él.

Entonces, encerrada en una torre me vislumbré.

A lo lejos emanaba un calor, un fuego eterno, del que querías escabullirte, pues era como llegar al infierno. Y yo, como luz, me encontraba en una torre de marfil en medio de esas lenguas de fuego azul. 
Desde las alturas te miré escapando de esas llamaradas, ese abrasador incendio, que quemaba mi vida, mi alma, mi cuerpo, haciendo que mi existencia fuera un eterno silencio. Mas era un sueño que daba rienda suelta a los deseos. 
Lo comprendí y tomé partido, me hice del gobierno, incité a tu esencia para que guerrearas contra mi tormento. 
Vi como formaste un ejército de ángeles de luz y así, con tu espada en alto, cual Arcángel Miguel, arrasaste con todo lo que a tu paso se atrevía a cruzar, para vencer al causante y poseedor,aún, de mi cruz.
Competías cuerpo a cuerpo, luchabas con vigor, mas el dueño de mi tiempo, como guerrero de eternidades, con su espada de hierro forjado en antiguos parajes, su fuerza denotaba la marcada diferencia...

Pero todo era un sueño, eras mi ángel guardián, él un gran guerrero y yo la dama de los cielos, que sentada en una nube veía como se apagaba mi dolor."

                                                                                                                                  ...

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