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jueves, 27 de noviembre de 2014

MIS PRIMEROS PASOS.


2392. Así regresé al mundo con "Permiso Oficial" y volví a mi trabajo en un Teatro del Centro donde un hombre, casi anciano, había conseguido, tras arduos esfuerzos, una "autorización" para que El Temucano subiera a su escenario, por lo menos allí.

2393. La gente me recibió con una ovación cuando aparecí, con mi guitarra, cantando sin poder esconder mi tristeza.

2394. Alguien criticó mi pelo más corto. Ignoraba, sin duda, que me fue cortado con un cuchillo de guerra y que, atado de manos, no pude impedirlo.

2395. Alguien dijo que yo había hecho un pacto con los militares y que, por lo tanto, era un traidor a mi pueblo.

2396. El periódico oficial publicó una "entrevista" a Tito Fernández encabezándola con un gran titular que rezaba: "Tengo plena libertad para trabajar y cantar".

2397. A mí me dolía todo aquello pero nada podía hacer.
Estaba cantando y eso era más de lo que había pedido.

2398. Un día dije: "Canto popular" otro día dije: “Nueva Canción Chilena” otro día dije: "obrero" otro día dije: "Pablo Neruda" otro día dije: "Violeta Parra".

2399. Así fui "diciendo" y cantando las palabras y los nombres prohibidos, por decreto, hasta llegar a Víctor Jara.

2400. Alguien se atrevió y las repitió. Así fuimos recuperando el canto.

2401. No fue de otra manera. Así fue. Quien diga otra cosa no sabe de esta historia y la "licencia" para el canto le llegó de alguna fuente, que tomó la chispa de partida de aquel cantor envejecido, y triste, que sonreía entre plumas y bikinis desde el bello escenario del viejo Bim Bam Bum, en el Teatro Opera de la otrora bohemia calle Huérfanos.

2402. Así fueron mis primeros pasos. Lamento echar a perder todos los cuentos que se inventaron para hacerme aparecer como “víctima” de la brutalidad militar.

2403. No es verdad que me quebraron las manos y que por eso no tocaba la guitarra como antes. Eso no es verdad.

2404. Tampoco es verdad que me vendí al gobierno porque el gobierno no me compraría por ningún dinero.

2405. Yo sólo tengo valor para mi pueblo y mi pueblo no tiene que comprarme porque yo le pertenezco en cuerpo y canto.

2406. Tampoco es verdad que me he hecho rico cantándole al obrero y viviendo como patrón.

2407. Algún día los que visiten mi modesta casa tal vez vean, en una flor en mi ventana, el amor del color del corazón.

2408. Y no podría vivir de otra manera porque la vida no es nada más que eso: vida.

2409. Diez años más viejo eché a caminar otra vez, por el sendero del canto, con un poco de miedo pero sabiendo que de mis palabras, de allí para adelante, dependerían muchas cosas.

2410. Gracias Don Eduardo Felis Peña. Gracias Mario Kreutsberger, por todas las gestiones que hicieron para que Tito Fernández pudiera cantar de nuevo.

2411. Gracias debo dar a Don Juan Chávez por todos sus esfuerzos. Gracias a Don Roberto Inglez y a Guillermo Vera. Y a "Gomina” Sánchez, que hicieron posible el regreso de mi voz a los discos.

2412. Hay mucha gente que afirmó mis primeros pasos. Gracias a mi compañera, a mis vecinos.

2413. Así comencé a andar, con la ayuda de muchos. Es la única verdad. No hay otra. Cualquiera que te cuenten, si no es esa, no es. Así de sencillo. No Es.

EL SUR.

2414. Esta vez el Sur. Muy al Sur. Al otro lado del Estrecho de Magallanes. En Cerro Sombrero, en la Patagonia, donde trabajan los hombres del Petróleo.

2415. Por aquí paso y canto. El viento me hace tambalear  y quiere llevarse, flameando, como una bandera, mi poncho mapuche.

2416. Canta la tierra y el cielo gris.

2417. Un niño, curioso, me pregunta: ¿Quién es Usted? Entonces comprendo que ha pasado mucho tiempo.

2418. Alguien me regala un libro y alguien me regala un  libro. Leo poemas que cuentan cosas de esta zona y de esta gente y me gusta el regalo.

2419. Los profesores me invitan a un asado y compartimos un rato de amigable charla junto a un vaso de vino y a una parrilla de carne de cordero.

2420. Alguien se acerca para pedirme ayuda. Hace algún tiempo que ocurre eso La gente con problemas me ve y se me acerca ilusionada y no entiendo por qué piensan que yo tengo el remedio para sus males.

2421. ¿Tal vez será mi canto? ¿Mi no hacer problemas? ¿Mis canas?

2422. Descubro, de pronto, que quiero volver a casa, a jugar con las rosas y a cuidar mi naranjo.

2423. Ando por estas tierras desgranando mi canto y tendiendo la mano para pedir y dar.


(Continuará...)

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