2547. Mil novecientos setenta y nueve. Subo al escenario en LÜND,
Suecia. Cuatrocientos chilenos se ponen de pié y me aplauden. Una niña,
pequeña, me arroja una flor. Una lágrima rueda por una mejilla. Otra lágrima,
en otra mejilla, otra y otra. Una lágrima asoma de mis ojos y no puedo cantar.
2548. Allí estamos. Frente a frente. Hace seis años que esa gente no
ve a un artista chileno ni lo escucha de cerca. Hace seis años que yo no los
veo ni les canto.
2549. Levanto mi voz y durante tres horas canto todas las
canciones que puedo recordar.
2550. Me voy de allí lleno de besos cariñosos, húmedos de
lágrimas, de abrazos apretados y un "Gracias Compañero" que se
repetirán por casi seis meses en Europa. Canadá. México y Estados Unidos.
2551. Subo al escenario del O’lympia, en París, y la platea es una
gigantesca bandera chilena que no olvidaré nunca.
2552. Mil Novecientos Ochenta y Uno. En Montreal un coro de niños,
hijos de chilenos, interrumpe mi Concierto y me canta: "Caballito blanco
llévame de aquí, llévame a mi tierra donde yo nací".
2553. En Estocolmo me enamoro de tristeza y descubro que tampoco
tengo Patria.
2554. Mil Novecientos Ochenta y Tres. Yo conozco la empanada, la
nostalgia y el vaso de vino, chileno, de los Sábados, mitad vino, mitad
lágrimas.
2555. En Australia canto y canto. Conozco a la familia Vargas, a
la familia Retamal, y me enamoro de nuevo.
2556. Mil Novecientos Ochenta y Cinco. Los equipos de seguridad
del gobierno chileno revisan mi equipaje al salir, y al regreso. Pero ya estoy
acostumbrado y no les tengo miedo.
2557. Escribo y canto: "Y si me cierran la puerta ya me han
crecido las alas para volar, por la tierra, sin temor a la distancia..."
2558. Mil Novecientos Ochenta y Siete. Por el camino limpio,
abierto por mi canto, muchos artistas populares viajan por el planeta llevando
un pedazo de la Patria en la voz y en las guitarras.
2559. Yo sé que cuando puedan, los chilenos, regresar, no
volverán.
2560. Eso me duele, pero yo lo sé y así será. Ha pasado mucho
tiempo.
2561. Mil Novecientos Ochenta y Nueve. Una parte de esta obra fue
escrita en este viaje. Estamos todos viejos, de años y de ausencias. Pero en la
Patria han ocurrido algunas cosas.
EL TIEMPO
(2)
2562. Mil Novecientos Ochenta y Ocho. El General llama a un
plebiscito y le pregunta al pueblo si lo quieren a no.
2563. El pueblo le responde con un NO indesmentible. Con un NO
valiente y militante. Con un NO disciplinado y serio. Con el NO con que
comienza la palabra NOsotros.
2564. El General se desconcierta. Planea desconocer el resultado
de las urnas, Pero uno de los miembros de la Junta Militar (léase la trizadura)
desbarata sus planes diciendo en la televisión, textualmente: "Para mí
está claro: ganó el NO."
2565. De nada sirvió la reunión posterior, a eso, ni ninguna otra.
El próximo año habrá elecciones, Chile tendrá un Presidente elegido por el
pueblo y un Parlamento también elegido por voluntad popular.
2566. Yo canto ante un millón de personas que inauguran la nueva
etapa que vivirá el país.
2567. Pero una madre pregunta, todavía: "¿Podrá alguien,
devolverme a mi hijo?
¿Me dirá alguien, dónde está mi marido?"
2568. Yo canto y canto. Camino por Chile y canto. Escribo este
cuento y canto.
(Continuará...)
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