137. Armando Canales ha muerto. Se fue con su coca, y sus putas,
al infierno. (En el cielo se hubiera aburrido como ostra). No hay patente de
“Boite” en el mentado cielo.
138. El “American Bar” y sus muñecas rubias (teñidas, por
supuesto, pero rubias al fin) con su show de piluchas, de bikinis brillantes.
Ese era el Puerto de antes. ¡ESE ERA EL PUERTO DE ANTES!
139. La noche tenía más habitantes que el día. Armando Canales era
uno de aquellos reyes de esa bohemia, loca, que no se detenía.
140. Jamás se detenía la bohemia del Puerto pues, a puerta
cerrada, se bailaba de día. Los marinos no saben de horarios ni rutinas cuando
bajan del barco a saborear la vida.
141 Tal vez todo era triste y todos lo sabían, más, para no
morirse, cada cual se mentía y sonaban los besos y las copas vacías se llenaban
de versos, con la guitarra mía.
142. Viejo Puerto, ¡te amo! Te amo, todavía.
EL DÍA Y EL PUERTO.
143. Valparaíso amaneció brumoso esa mañana. Muy temprano las
nubes desplazaron las brumas y otras nubes a esas y se agitó el océano y desde
el cielo, oscuro, se desplomó la lluvia.
144. Cayó sobre este Puerto, bajó las escaleras, se llevó algunas
casas en torrentes gigantes que roncaban más fuerte que el mar.
145. Inundó una vez más, este Puerto sufrido. Se ahogaron cien
madres y no sé cuántos hijos. Valparaíso sabe de la furia del viento, de la
naturaleza cruda, desatada y feroz.
146. Pero, después de todo, el Puerto maltratado, lavadas sus
heridas, comenzaba de nuevo, sin rendirse, jamás, ni a la furia del viento que
ha querido llevarse, desde siempre, a este Puerto.
147. Es que Valparaíso, hace falta en el mundo. Para entender de
cosas, que la gente olvidó. Sus bellos volantines, en el mes de Septiembre, son
un ejemplo, vivo, de lo que el Puerto tiene.
148. Son mágicas sus calles, sus edificios viejos, sus casas en el
cerro, milagrosas, etéreas. Los vestidos floridos, sus hermosas mujeres, de
piernas esculpidas por el correr del tiempo, como bellas estatuas hijas de la
escalera que de niñas las vio formarse, así, perfectas.
149. Yo le canto mis versos a este Puerto, querido, mientras el
Siglo Veinte se acaba, irremediablemente.
150. La nueva juventud jamás podrá entender que era mágico el
Puerto y que de cada estrella, cada noche, nos cuidaba algún hermano habitante
del cielo que volverá, algún día, a habitar este cuento.
151. La raíz de la vida, que emergió de las aguas, recupera sus
ramas en estas latitudes.
152. Ven a Valparaíso, un día. Uno solo, y trata de encontrar a
quien se te parece. Siempre junto al mar está tu hermano. Ya es tiempo de que
empieces a saber de estas cosas, mañana te harán falta para vivir el Tiempo de
la Luz.
DEL PUERTO Y DE SUS COSAS.
153. Pido perdón por cantar a este Puerto nocturno porque casi no
lo caminé de día.
154. (Como no fuera en las madrugadas, saliendo el sol, cuando, de
regreso a nuestra casa ocasional, soñaba con mi tiempo de artista).
155. Yo sabía que algún día mi canto recorrería el mundo. Tal vez
por eso me aferré a la cercanía de los barcos y a su muda promesa de llevarme
lejos.
156. ¿Has puesto tu atención en las roncas sirenas cuando
estremecen las rocas, la construcción humana, y ordenan, perentorias, el vuelo
de las gaviotas y el agitar de pañuelos, de seda, temblorosos?
157. La mole de hierro y de cordel se despega del muelle y los
marinos, sudorosos, atienden su faena.
158. Hay olor a brea, y a petróleo, y una mancha de aceite, queda
flotando en el agua, para que todos sepan que el hombre estuvo allí.
159. Pero otros vendrán. La mancha de aceite también se habrá ido,
navegando, y algún pez morirá contaminado.
160. ¿Qué instrumento toca el hombre en esta sinfonía?
161 Una gaviota muerta, de alas en la arena, me cuenta, silenciosa
que es él, quien desafina.
162. Y eso me duele, adentro, y quiero comunicarme con mis
semejantes para que juntos afinemos esta orquesta y nos sumemos a la Magna Obra
que compuso el Creador para que sea interpretada, eternamente y cada día.
163. Puerto de Valparaíso: Desde la cumbre, de alguno de tus
cerros, levanto mi voz para pedir, a todos, cordura. Nada más.
(continuara...)