lunes, 13 de junio de 2016

VERANO 1989





EL COMIENZO.

1 Cerro tras cerro el viejo Valparaíso me saluda con sirena de barco y mar sobre mar me habla de lejanías.

2. Recuerdo, con nostalgia, sus viejos paseos y sus personajes, fantasmas, ajenos al Puerto de hoy.

3. Una casa sostenida, milagrosamente, por un trozo de madero me contó una historia de bohemios que jamás oí.

4. Entonces quise cantar y mi voz sonó ronca como la voz del mar.

5. Estrella y espuma era la noche en el viejo Valparaíso que un día vio nacer mi canto y que jamás me olvida.

6. Caminaré tus calles y cantaré, contento.

7. Quiero ponerte en un libro-  barco, de velas blancas, para que viajes por el aire y por el mar..

8. Un libro es una gaviota, de alas extendidas, que vuela y vuela por la magia del viento.

9. Yo quiero llegar hasta la cumbre de alguno de tus cerros y mirar, desde allí, como la tierra y el agua se hermanan en la orilla.

10. Mi tiempo, detenido como un ancla, me clava en este sitio y te canto, viejo Puerto, con mi voz de noche, de guitarra gastada de tanto camino y te respiro, vivo.


VALPARAÍSO.

11 Valparaíso de mis recuerdos. Yo bajaba del cerro a comer mi pescado y cantaba en tus bares, cada noche.

12. ¿Qué pensaría la gente de ese tiempo del flaco, aquel, de la guitarra y la copla?

13. Tus calles me querían y alivianaban mi paso haciéndose blandas y suaves.

14. Había un ascensor hasta la altura y en él se podía llegar hasta el cielo.

15. Yo subí tantas veces con algunas monedas ganadas con mi canto, sonando en mis bolsillos como campanitas que me abrirían la puerta  hacia la vida.

16. Yo sólo sabía que la vida había que pagarla, moneda a moneda y aprendí, Valparaíso,  que un plato de sopa no se encuentra a la vuelta de tu esquina, ni de ninguna otra.

17. Vine a dar a tus calles, de pura juventud, de inquietud de viajar, empujado por el sordo destino que no escucha.

18. Y yo quería ir. A alguna parte. Y vine a dar  aquí donde camino, veintiséis años más tarde, con un libro bajo el brazo  escribiendo palabras para ti.

LA VISITA.

19. Quince años tenía. (¿O dieciséis?). Cuando, enfundado en flamante uniforme, llegué a Valparaíso, en plan de estudio, a visitar los barcos norteamericanos que nos ofrecían toda su tecnología para aprender a dejar de ser humanos en dos días.

20. Sólo supe, entonces, de radares, de aparatos de radio, de atómica energía, de mujeres, en la noche, que viéndonos tan niños nos ofrecían todo, sabiendo que ese todo no era todo pero era más de lo que hubiésemos, cualquiera de nosotros, pretendido.
21 Me acuso, entonces, de emborracharme niño abrazado a otro niño, de uniforme marino, que tomó nuestras putas, que bebió nuestro vino y regresó a su tierra con la común promesa de algún día escribirnos.

22. No aprendí mucho de barcos ni radares esa vez que llegué a Valparaíso. Pero vi el mar, por vez primera, y nadie podrá borrar de mi memoria aquello visto.

23. Mar azul, inmenso, misterioso. Despegué, en un avión, hasta Santiago. Valparaíso fue noche y cabaret, cigarrillo, alcohol y aroma de mujer.

24. Fugaz fue mi pasada por el Puerto la primera vez que anduve por sus calles, pero la dejo guardada en mi cuaderno para que sepas que anduve por aquí, vestido de aviador, abrazado a un marino extranjero, con estrellas, que tenía tantos años como yo. ¿Quince?  ¿Dieciséis?

REGRESO.

25. Siete años pasaron hasta mi regreso, cuando eran diferentes las razones.

26. Con mi guitarra al brazo llegué contento, canté contento, sufrí contento.

27. Era pobre, recuerdo, de bienes materiales pero tenía juventud y la enorme inquietud de ser poeta.

28. ¿Cómo nace, entonces un poeta? Aquí en Valparaíso es fácil, camarada, porque la poesía está al abrir una puerta,  en el viejo ascensor o en la canción eterna.

29. “Eres un arcoiris de múltiples colores...” ¿Quién podría agregar algo más?

30. Después nació el “Gitano” para cantar aquello de: “...Yo no he sabido nunca de su historia. Un día nace, allí, sencillamente...” Y el viejo Puerto fue cantado por dos voces que llenaron el mundo de música y sal.

31 De buena sal.

32. Neruda perseguido. Neruda poeta, Neruda Comunista. Neruda  cantó a estas calles y a estos cerros y quiso ser, también, habitante de este Puerto. Pero sus propios versos lo hicieron habitante del planeta, lo dejaron aquí y lo llevaron lejos.

33. Yo conocí dos veces este Puerto. Hace más de veinte años y hoy te cuento.

T.F.

(Continuará...)

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