PAMPA DE
LA SOLEDAD.
DESIERTO DE CHILE
1362. En medio del Desierto de Atacama, entre la Oficina Victoria
y el pueblo de Quillagua, está la Pampa de la Soledad.
1363. Extensión de tierra seca donde la vida vegetal no existe,
que yo sepa.
1364. Allí viví la historia que te voy a contar y que he escondido
y he defendido del asedio de muchos, porque siento que así debí hacerlo y así
lo hice.
1365. No todos han vivido esta experiencia, de modo que habrá
quienes arrugarán la frente y pondrán en duda lo que voy a exponer.
1366. Y es normal que así sea porque los hombres, ante lo que no
comprendemos o no podemos medir, pesar, oler, etc., ante lo que está ajeno a
nuestra personal experiencia reaccionamos, generalmente, defendiéndonos de
“eso” con una descalificación feroz.
1367. Mientras escribo esto, que he guardado durante tantos años,
siento que estoy haciendo mi trabajo de narrador en buena forma.
1368. Ya es el tiempo y la hora.
1369. No te impacientes, entonces, si me alargo en detalles
pequeños antes de comenzar mi cuento de hoy.
1370. Ya es el tiempo y la hora.
1371. Lee, con atención, en estas páginas porque, de aquí en
adelante, verás al hombre que has leído, diferente. Lo interpretarás diferente.
Te “llegará” distinto. Entonces nada será igual. Nada.
1372. "Oficina
Victoria", 0100 horas de la madrugada. Terminado el trabajo cada
quien a su destino.
1373. Bebo una taza de té, a la salida del pueblo, y reparo en que
no hay luna.
1374. Comento, con mis compañeros, del asunto y hacemos bromas con
respecto al desierto que nos traga, oscuro, como boca de lobo.
1375. Nuestro automóvil rueda la carretera y nos adormilamos,
cansados de la jornada dura.
1376. Yo intento ver el cielo pero allí, en el desierto, cuando la
luna falta todo es oscuridad, nada se ve. "Ni siquiera mi mano"
pienso mientras preparo mi mente para el sueño.
1377. De pronto, a un costado del camino, una luz amarilla, muy
pequeña, me llama la atención.
1378. ¿Qué hace una casa aquí? Pienso, dificultosamente. Estoy
casi dormido, pero allí está la luz.
1379. Pasan unos minutos y la luz sigue allí. Pasan otros minutos
y la luz sigue allí.
1380. Pienso que estoy dormido y que todo es un sueño. Alguien la
ve, también, y hace algún comentario.
1381. Entonces es real. No es un sueño. Una luz amarilla, muy
pequeña, nos viene acompañando.
1382. ¿Es posible eso? ¿Allí? ¿En pleno desierto? ¿Dónde no vive
nadie? ¿Dónde no hay caminos? ¿O los hay?
1383. ¿Qué es eso? ¿Eso?
1384. Vamos rodando, a 80 kilómetros por hora, y la luz amarilla
con nosotros.
1385. A un costado del
camino, con nosotros.
1386. A 80 kilómetros por hora, con nosotros.
1387. Todos miramos y no comprendemos.
1388. Entonces ocurre lo que nadie esperaba:
1389. La pequeña luz amarilla se convierte, de pronto, en una
enorme luz de color indefinido. Tal vez celeste- blanca. Tal vez blanca-
celeste, que se mueve y está tras de nosotros a unos cincuenta metros, tal vez
a unos cien. Nadie puede calcular en el desierto.
1390. Intentamos escapar y es imposible.
1391. "Eso" está siempre allí. Y nos asusta. ¿Por qué
nos asusta?
1392. Aparece otra luz, también amarilla, en el lugar donde estuvo
antes aquella otra que ahora es un sol y nos aterroriza.
1393. Detenemos el auto. Nos bajamos. Cinco personas, en pleno
desierto, abren los ojos sin creer lo que, con ellos, ven.
1394. Se nos cruza un camión. Viene del otro lado. Se detiene.
1395. Los camioneros no pueden creer lo que están viendo.
1396. La luz, de aquel extraño sol, no nos enceguece y podemos
mirar.
1397. ¿Qué vemos? ¿Qué ven mis compañeros? ¿Qué veo yo? ¿Qué ven
los camioneros?
1398. ¿Es eso un OVNI? ¿Qué es un OVNI? ¿Por qué no se parece a
nada? ¿Es una naranja? ¿Una inmensa naranja?
1399. ¿Qué es?
1400. Alguien tiene una idea; "Movamos las luces del
camión". Y así se hace: "Encendido. Apagado. Encendido. Apagado.
1401. Entonces la luz amarilla, de la cual nos habíamos olvidado y
que brillaba a un costado del camino, creció como otro sol, se desplazó a una
velocidad desconocida, todo silencio, sin siquiera un sonido. Se unió al otro
fenómeno, en medio del camino, y hubo dos soles sobre la noche negra que
imitaron las luces del camión e iluminaron siete rostros de entre los cuales no
hubiera reconocido el mío. "Encendido. Apagado. Encendido. Apagado.
Apagado. Encendido."
1402. Huimos, con las luces pegadas a nosotros. Se desapareció el
camión tragado por los soles.
1403. Apenas nos movíamos sobre la carretera, como si una gran
fuerza nos impidiera hacerlo.
1404. El acelerador a fondo y apenas avanzábamos. Detrás, los dos
inmensas soles luminosos no se nos despegaban y éramos unos juguetes de
aquellos aparatos que habían reemplazado, su extraño resplandor, por luces de
colores.
1405. De todos los colores, las luces de colores.
1406. Detuvimos el auto. Apagamos los faros. Nos bajamos, en
silencio, y nos quedamos mirando
aquellas "cosas" con espanto y respeto.
1407. Apagado el motor de nuestro VOLVO, blanco, allí, en pleno
desierto llamado "De Atacama", en medio de un silencio que podía
"escucharse”, se produjo una extraña comunión entre "aquello" y
mi alma.
1408. Yo lo sabía todo (no sé mis compañeros) pero allí nos
quedamos como estatuas vivientes sin hablar por un rato que pareció muy largo,
inmensamente largo.
1409. ¿Qué pasó con nosotros? ¿Por qué esa extraña calma? Intenté
un par de pasos, hacia aquellas esferas que ya no me asustaban, pero no pude
moverme del suelo salitroso.
1410. Era imposible caminar.
1411. Quise comunicárselo a mis compañeros pero no pude hablar.
1412. Era imposible hablar.
1413. Entonces nos miramos y después nos movimos. Nos metimos al
auto pero este no arrancaba.
1414. No tenía energía. (Debo haberlo soñado). Mis compañeros no recuerdan
eso y tienen otra historia.
1415. El asunto es que llegamos al pueblo de Quillagua, después
que los dos soles, se elevaron al cielo dejando como estela una línea celeste,
de luz que en un segundo ya no podía verse.
1416. La policía quiso conocer los detalles de toda esa aventura
que habíamos vivido.
1417. Se podía contar la parte física. Incluso dibujé, en un
papel, aquellas "cosas". Pero había algo más que no sé definir.
1418. Más tarde me enfrentaron a los dos del camión. Esos estaban
locos y hablaban del camino, de unos soles gigantes, de un mundo allá en el
cielo.
1419. Que nunca me habían visto, dijeron. Eso dijeron. Delante de
mí lo dijeron. Que nunca me habían visto. Dijeron.
1420. Han pasado los años y la historia que cuento jamás se me ha
borrado de la mente y el cuerpo.
1421. De vez en cuando, sueño que estoy en el desierto, ante una
esfera blanca, dónde voy a buscar mis órdenes de vida y es, así, como vivo.
Como allí se me ordena, incluso este trabajo de contar, en un libro, me fue
ordenado allí. Y es así, como escribo.
1422. Mi relato no es bueno, faltan muchos detalles. Como la mano
en mi cabeza. Como la orden secreta y la palabra mágica.
1423. Tal vez pueda algún día, contarte todo eso. Llevarte hasta
la esfera, brillante, del desierto.
1424. Tal vez pueda, algún día, dibujar este cuento.
(Continuará...)
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