El hombre no debe confundir
el medio con el fin.
Al comienzo lo tiene claro
porque el fin que persigue no parece estar tan lejos y es fácilmente definible.
Entonces utiliza herramientas
(físicas o no) como medio para alcanzar este fin.
El problema comienza a medida
que va trabajando y el fin continúa estando a la misma distancia ( o incluso
más lejos).
Entonces el hombre se
pregunta si acaso los medios que está utilizando no son los correctos o si el anhelado
fin es imposible de alcanzar.
Los que piensan lo segundo
abandonan la tarea, que emprendieron con tanto entusiasmo alguna vez, y se
enfrascan en la persecución de otro fin.
Los que piensan lo primero
cambian de herramientas (después de un concienzudo estudio de la situación) y
continúan laborando por la senda que ya se habían trazado.
Ni el uno ni el otro
consiguen su propósito. El único que lo consigue, tarde o temprano, es aquel
que continuó trabajando en pos de su objetivo hasta llegar a él con las mismas
herramientas con las que comenzó.
Pero este hombre es muy
escaso y generalmente resulta extraño e incomprensible para el resto, que sólo
ve las dos posibilidades que anteriormente mencioné.
En realidad el hombre, de
tanto cambiar las herramientas, de tanto ir en una dirección y en otra, termina
por creer que logró su objetivo y no se da cuenta que se ha perdido entre la
maraña de cosas que ha estado utilizando para conseguir llegar al fin.
Entonces es cuando cree que
ya llegó y confunde el fin con el medio en donde está empantanado.
Por eso fracasa.
“La gota de agua que horada
la piedra es siempre la misma porque la piedra es la misma”.
El medio para lograr un fin
no es el fin, es el medio. Quien mantiene siempre a la vista el fin que
persigue llegará a él tarde o temprano.
Sin embargo la ilusión de los
atajos comúnmente se impone y el hombre termina caminando, ciego, directamente
hacia el abismo.
El fin no es ilusión y el
medio para lograrlo tampoco es ilusión.
El caminar del hombre hacia
el propósito original, mientras este se mantenga sin variación, tampoco es
ilusión.
Los cantos de sirena,
prometedores de mil placeres, y el camino fácil, apartarán al hombre de la
senda y este no logrará su objetivo.
Todo aquel que no persevere
en una idea no podrá concretarla y todo aquel que haga el trabajo de la gota de
agua, en la piedra, tendrá su recompensa.
Siempre hay un medio
utilizable para llegar al fin, pero es sólo un medio y el fin es lo que
importa.
Quien pierda de vista el fin
se perderá en el medio y nada conseguirá.
"EL VUELO DEL PENSAMIENTO"
(T.F.)
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