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lunes, 22 de mayo de 2017

Sentires


Una vida se vuelve a llenar de esperanza, fe y mas vida, después de un paso por la enfermedad mas cruda y su dura recuperación.. y por otro lado un alma esta apagándose como una velita, porque ya el cuerpo esta agotado, pues la vida tiene cuenta regresiva y el reloj de arena tiene sus últimos granitos, alla arriba..... 
Entre tanta alegría, hay tanta pena... 
Mi corazón se revuelve un poco sin saber como latir... 
Maria chiquita, Maria.... 
Sra. Eliana, mi querida Sra. Eliana..... 
A veces no hay palabras para expresar tanto sentir... 
Que el camino que siga cada una, sea el mas dulce y generoso, para seguir creciendo y evolucionando...... 

Cuñis... te quiero mucho

martes, 9 de mayo de 2017

SI POR UN INSTANTE...


Dice así:
“Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, aprovecharía ese tiempo lo más que pudiera, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.
Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.
Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.
Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen.
Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma.
A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.
A un niño le daría alas, pero le dejaría que él sólo aprendiese a volar.
A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido
Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres…. He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subirla escarpada.
Me apartaría de los necios, los habladores, de las gentes con malas costumbres y actitudes.
Sería siempre honesto y mantendría llenas de amor y de atenciones a las personas a mi alrededor, siempre trataría de dar lo mejor…
He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.
He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.
Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrá de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.
Trata de decir siempre lo que sientes y haz siempre lo que piensas en lo más profundo de tu corazón.
Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma.
Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo, te diría “Te Quiero” y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.
Siempre hay un mañana y la vida nos da siempre otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuánto te quiero, que nunca te olvidaré.
El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo.
Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles, “lo siento”, “perdóname”, “por favor” , “gracias” y todas las palabras de amor que conoces.
Nadie te recordará por tus nobles pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos.
Finalmente, demuestra a tus amigos y seres queridos cuánto te importan.
*Gabriel García Márquez*
AMOR PARA TODOS 

viernes, 5 de mayo de 2017

Como Abrazar la Vulnerabilidad.

ARTE JAPONES.

Para los japoneses, hallarse desprovistos de todo en un momento puntual de la vida puede suponer dar un paso hacia la luz de un conocimiento increíble. Asumir la propia vulnerabilidad es una forma de coraje y el mecanismo que inicia el saludable arte de la resiliencia, ahí donde no perder nunca la perspectiva o las ganas de vivir.
En Japón, hay una expresión que empezó a utilizarse con frecuencia tras los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki. Esta expresión de algún modo volvió a adquirir una trascendencia notable tras el desastre del tsunami del 11 de marzo del 2011. “Shikata ga nai” significa “no hay más remedio, no hay alternativa o no hay nada que hacer”.

“La honestidad y la transparencia te hacen vulnerable. 
De cualquier forma, sé siempre honesto y siempre transparente”

-Teresa de Calcuta-

Lejos de entender esta expresión desde una perspectiva derrotista, sumisa o negativa como lo haría cualquier occidental, los nipones se nutren de ella para entenderla de un modo más útil, más digno y trascendente. En estos casos de injusticia vital, la ira o el enojo no sirven de nada. Tampoco esa resistencia al sufrimiento donde uno queda eternamente cautivo del “por qué a mí o por qué ha ocurrido esta desgracia”.
La aceptación es el primer paso para la liberación. Uno nunca podrá desnudarse del todo de la pena y el dolor, queda claro, pero tras aceptar lo sucedido se permitirá a sí mismo seguir avanzando retomando algo esencial: la voluntad por vivir.

“Shikata ga nai” o el poder de la vulnerabilidad

Desde el terremoto del 2011 y el posterior desastre nuclear en la central de Fukushima, son muchos los periodistas occidentales que suelen viajar hasta el noroeste de Japónpara descubrir de qué manera persisten las huellas de la tragedia y cómo su gente está logrando poco a poco emerger del desastre. Es fascinante entender cómo se enfrentan al dolor de la pérdida y al impacto de verse desprovistos de la que hasta entonces había sido su vida.
Sin embargo, y por curioso que parezca, los periodistas que hacen este largo viaje se llevan a sus países algo más que un reportaje. Algo más que unos testimonios y unas fotografías impactantes. Se llevan sabiduría de vida, vuelven a las rutinas de su mundos occidentales con la clara sensación de ser diferentes por dentro. Un ejemplo de este coraje existencial lo ofrece el señor Sato Shigematsu, quien perdió en el tsunami a su esposa y a su hijo.

Cada mañana escribe un haiku. Es un poema compuesto por tres versos donde los japoneses hacen referencia a escenas de la naturaleza o a la vida cotidiana. El señor Shigematsu encuentra un gran alivio en este tipo de rutina, y no duda en mostrar a los periodistas uno de estos haikus:
“Desprovisto de  pertenencias, desnudo
Sin embargo, bendecido por la Naturaleza
Acariciado por la brisa del verano que marca su inicio”.
Tal y como les explica este superviviente y a la vez víctima del tsumami del 2011, el valor de abrazar su vulnerabilidad cada mañana a través de un haiku le permite conectar consigo mismo mucho mejor para renovarse al igual que lo hace la propia naturaleza. Entiende también que la vida es incierta, implacable a veces. Cruel cuando así lo quiere.
Sin embargo, aprender a aceptar lo ocurrido o decirse a ellos mismos aquello de “Shikata ga nai” (acéptalo, no hay más remedio) le permite dejar a un lado la angustia para centrarse en lo necesario: reconstruir su vida, reconstruir su tierra.

Nana korobi ya oki: si te caes siete veces, levántate ocho

El dicho “Nana-Korobi, Ya-Oki” (si te caes siete veces te levantas ocho) es un viejo proverbio japonés que refleja ese ideal de resistencia tan presente en prácticamente todas las facetas de la cultura nipona. Esta esencia de superación la podemos ver en sus deportes, en su modo de llevar a cabo los negocios, de enfocar la educación o incluso en sus expresiones artísticas.

Las claves de la vulnerabilidad como forma de alcanzar la resistencia vital

Según un artículo publicado en el periódico “Japan Times“, practicar el arte de la aceptación o de “Shikata ga nai” genera cambios positivos en el organismo de la persona: se regula la tensión arterial y se reduce el impacto del estrés. Asumir la tragedia, tomar contacto con nuestra vulnerabilidad presente y nuestro dolor es un modo de dejar de luchar ante lo que ya no puede cambiarse.
  • Después del desastre del tsunami, la mayoría de los supervivientes que podían valerse por sí mismos, empezaron a ayudarse los unos a los otros siguiendo el lema “Ganbatte kudasai” (no hay que darse por vencidos). Los japoneses entienden que para afrontar una crisis o un momento de gran adversidad, hay aceptar las propias circunstancias y ser de utilidad tanto para uno mismo como para los demás.
  • Otro aspecto interesante en el que fijarnos es en su concepto de calma y paciencia. Los japoneses saben que todo tiene sus tiempos. Nadie puede recuperarse de un día para otro. La sanación de una mente y un corazón lleva tiempo, mucho tiempo, al igual que lleva tiempo volver a levantar un pueblo, una ciudad y un país entero.
Es necesario por tanto ser pacientes, prudentes pero a la vez, persistentes. Porque no importa cuántas veces nos haga caer la vida, el destino, el infortunio o la siempre implacable naturaleza con sus desastres: la rendición nunca tendrá cabida en nuestra mente. La humanidad siempre resiste y persiste, aprendamos entonces de esta sabiduría útil e interesante que nos regala la cultura nipona.

 (Valeria Sabater)