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viernes, 21 de junio de 2013

LA LEYENDA DE LA FLOR DE SAKURA


Dado que las flores del cerezo caen tras una breve floración, se han convertido sin duda en el icono de la belleza efímera de la vida" 

Sakura was a young Japanese woman with a restless look who lived happily married to her husband Makoto, they lived in the Yoshino region, in a small town called Hitome Senbon. Sakura and Makoto met a few weeks after their marriage, as their parents had agreed that when their children reached the age of 20, they would marry as a union of the two families.

One day the Japanese empire commanded to recruit the best samurai regardless of their age, or how old they were. One morning, at sunrise, an envoy from the royal guard knocked on the door of the couple's house requesting Makoto's presence in the royal army, so Makoto had to go to war.

Sakura didn't love him, but she was sad to hear the news about her, he was going to go away and leave her alone, she had never been alone, not even when she was a girl and her parents went to pick silk.

On the morning of leaving, Makoto gave Sakura a seed from a peculiar tree called a cherry tree and she left with the others with the promise that she would return before the cherry tree began to have flowers.


They were the longest days she had ever known, she felt very alone, and the days turned into months, and the months into years. But she, every morning when the sun woke up, went out to see how each day, the white of the flowers, sheltered the cherry tree more and more. Sakura accepted, that Makoto would never return.

One day, a boy came to town looking for work. Setsu, that was what the young man was called, passed in front of Sakura's house, and saw how the big white tree stood up among the undergrowth of the house's garden, so he decided to enter and lend his services as a gardener. Sakura looked at Setsu, she couldn't help but feel his gaze boring into the depths of her eyes and she couldn't help but gesticulate words other than "I don't have much to pay you with, but I can offer you food apart from a small salary if you need a lot." from work". Setsu agreed, so the next morning, before the mist could clear the air, the young boy began to work in the garden.

The two spent a lot of time together, as she also helped maintain the garden. They spent long hours talking and laughing, they understood each other very well, and little by little they fell in love with each other until Setsu one day, while they were resting under the cherry tree, removed from Sakura's face a small lock of hair that covered the girl's big eyes and I steal a kiss.

Sakura blushed at first, but she didn't take her lips away from Setsu's, as she discovered right then and there, that little tingle she felt in her stomach every time Setsu brushed against her, it was her love.

They had the best spring the two of them had ever had, they loved sitting in the sun under the cherry tree in bloom and watching the butterflies and birds fly among the flowers. Sakura loved Setsu like she had never loved anyone before, she loved the way hers caressed her hair and the way he looked at her every morning when she woke up, she was tremendously happy.


One afternoon, they saw how a horse stopped in the courtyard of her house, and how a tall and robust man approached them, Makoto had returned from the war.

Makoto, upon discovering his wife's betrayal, decided to end their lives right there, at the foot of the cherry tree that one day he had given to his beloved wife. Such was the rage with which Makoto used his sword, that a great red river was created that took hours to disappear under the earth.

Autumn came, the great cherry tree began to lose its flowers and with the arrival of the icy winter, the sad branches of that bare tree were frozen. One day, Makoto decided that at the beginning of spring, before the tree bloomed, he would cut it down, because every time he looked at it, it reminded him of Sakura, and what was even more painful, of Sakura in Setsu's arms.


On the first day of spring, when the faint sunlight filtered through the clouds and bathed its delicate petals, the tree gave off a pinkish-white glow. Makoto approached in amazement at the foot of the huge tree, because the small flowers that had sprouted from the branches of the tree, unlike the other springs, these were pink. Makoto was captivated by the color of these in such a way that he decided not to cut down the tree and keep it in his garden.


Legend has it that since Sakura and Setsu's love was culminated in front of the majestic cherry tree, this one that had lived the romance at its feet, sadly absorbed their love through its roots and began to turn its flowers pink to maintain I live his spirit and that Sakura and Setsu live their love eternally.



Sakura, era una joven japonesa de mirada inquieta que vivía feliz mente casada con su esposo Makoto, vivían en la región de Yoshino, en un pequeño pueblo llamado Hitome Senbon. Sakura y Makoto se conocieron a escasas semanas de su enlace, pues los padres de ambos habían acordado que cuando sus hijos cumplieran la edad de 20 años, se casarían como unión de las dos familias.

Cierto día el imperio japonés mando reclutar a los mejores samuráis sin importar su edad, ni lo viejos que eran. Una mañana, con la salida del sol, un enviado de la guardia real, llamo a la puerta de la casa de la pareja solicitando la presencia de Makoto en el ejército real, por lo que Makoto tenía que marchar a la guerra.

Sakura no le amaba, pero entristeció al saber la noticia, el iba a marcharse y a dejarla sola, jamás había estado sola, ni siquiera cuando era una niña y sus padres partían a recoger seda.

A la mañana de partir, Makoto le regalo a Sakura una simiente de un peculiar árbol llamado cerezo y partió con los demás con la promesa de que regresaría antes de que el cerezo empezara a tener flores.


Fueron los días mas largos que ella había conocido, se sentía muy sola, y los días se transformaron en meses, y los meses en años. Pero ella, todas las mañanas al despertar el sol, salía a ver como cada día, el blanco de las flores, abrigaba cada vez mas al cerezo. Sakura acepto, que Makoto jamás regresaria. 

Un día, llego un muchacho al pueblo en busca de trabajo. Setsu, que así era como se llamaba el joven, paso delante de la casa de Sakura, y vio como el gran árbol blanco se alzaba entre la maleza del jardín de la casa, por lo que decidió entrar y prestar sus servicios como jardinero.Cuando Sakura vio a Setsu, no pudo evitar sentir como su mirada se clavaba en el fondo de sus ojos y no pudo gesticular mas palabras que “No tengo mucho con lo que pagarte, pero puedo ofrecerte comida aparte de un pequeño sueldo si es que precisas mucho del trabajo”. Setsu acepto, por lo que a la mañana siguiente, antes de que la niebla pudiera diluirse del aire, el joven muchacho comenzó a trabajar en el jardín. 

Los dos pasaban mucho tiempo juntos, ya que ella también colaboraba en el mantenimiento del jardín. Pasaban largas horas hablando y riendo, compenetraban muy bien, y poco a poco fueron enamorándose el uno del otro hasta que Setsu un día, mientras descansaban bajo del cerezo, aparto de la cara de Sakura un pequeño mechón que tapaba los grandes ojos de la muchacha y le robo un beso.

Sakura quedo ruborizada en un principio, pero no aparto sus labios de los de Setsu, ya que descubrió en aquel mismo instante, que el pequeño hormigueo que sentía en su estomago cada vez que Setsu la rozaba, era amor.

Pasaron la mejor primavera que los dos jamás habían pasado, les encantaba sentarse al sol bajo el cerezo en flor y ver como las mariposas y los pajarillos volaban entre las flores. Sakura amaba a Setsu como nunca antes había amado a nadie, le encantaba la forma en la que el acariciaba su pelo y la forma en que la miraba cada mañana al despertar, era tremendamente feliz.


Una tarde, vieron como un caballo paraba en el patio de su casa, y como un hombre alto y robusto se acercaba a ellos, Makoto había regresado de la guerra.

Makoto al descubrir la traición de su mujer, decidió acabar allí mismo con la vida de ambos, a los pies de el cerezo que un dia había regalado a su amada esposa. Fue tanta la rabia con la que Makoto usó su espada, que se creo un gran rio rojo que tardo horas en desaparecer bajo la tierra. 

Llego el Otoño, el gran cerezo empezó a perder sus flores y con la llegada del gélido invierno, las tristes ramas de aquel pelado árbol quedaron heladas. Un buen día, Makoto decidió que al comenzar la primavera, antes de que floreciera el árbol, lo talaría, pues cada vez que lo miraba, le recordaba a Sakura, y lo que era aun mas doloroso, a Sakura en los brazos de Setsu.


Al primer día de primavera, cuando la tenue luz del sol se filtró entre las nubes y bañó sus delicados pétalos, el árbol emitió un resplandor entre rosáceo y blanquecino. Makoto se acerco asombrado a los pies del inmenso árbol, pues las pequeñas flores que habían brotado del las ramas del árbol a diferencia de las demás primaveras, estas eran rosas. Makoto quedo prendado del color de estas de tal modo que decidió no talar el arbol y mantenerlo en su jardín.


Cuenta la leyenda, que a partir de que el amor de Sakura y Setsu fuera culminado frente al majestuoso cerezo, este que había vivido el romanze a sus pies, absorbió tristemente el amor de estos mediante sus raíces y comenzó a tornar sus flores rosas para mantener vivo su espíritu y que Sakura y Setsu vivieran eternamente su amor.





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