LEYENDAS MILENARIAS ORIENTALES
Cuenta una vieja leyenda china...
... que el Abuelo de la Luna ata un hilo rojo en la muñeca de cada niño que
nace; ese hilo está atado a muchos otros hilos, que a su vez sujetan las
muñecas de todas las personas con las que ese niño está destinado a
encontrarse...
A medida que el Bebé crece, los hilos se van acortando, acercando cada vez más
a aquellas personas que están destinadas a reunirse a pesar del tiempo, del
lugar o de las circunstancias. El hielo puede tensarse o enredarse pero nunca
romperse.
El Hilo Rojo es una leyenda anónima de origen chino, que dice que dos personas
que están destinadas a tener un lazo afectivo, estan conectadas por un hilo
rojo. El hilo existe independiente del momento de sus vidas en el que las
personas vayan a conocerse y no puede romperse en ningún caso, aunque a veces
pueda estar más o menos tenso, pero es, siempre, una muestra del vínculo que
existe entre ellas.
La leyenda:
Wei Gu vivía en Dulin. Sus padres murieron cuando él era pequeño, por lo tanto
quería casarse a una edad temprana. Sin embargo, todas sus propuestas de
matrimonio fueron rechazadas. Durante el reinado de Tang Taizong (años 626 a
649), en una visita turística a Qinghe, se hospedó en un hotel de la región sur
de la ciudad de Song. Un viajero le comentó acerca de una joven doncella, la
hija de Pan Fang, un funcionario del gobierno de Qinghe, y lo invitó a
encontrarse con la familia de Pan frente al Templo Longxing a la mañana
siguiente.
Muy temprano en la mañana, Wei
Gu no contuvo su impaciencia y se precipitó al templo. La luna todavía estaba
en el cielo cuando llegó. Había un anciano sentado en los escalones del templo,
recostado sobre un bolso, leyendo un libro bajo la luz de la luna. Wei Gu echó
un vistazo al libro, pero no podía leer sus palabras, entonces con curiosidad
preguntó al anciano, “¿qué tipo de libro está leyendo? Desde pequeño he
estudiado muchas diferentes lenguas, hasta sánscrito indio. Pero debo confesar
que nunca me he encontrado con la lengua escrita en este libro, ¿qué puede
decirme sobre él?” El anciano sonrió y dijo, “este no es un libro escrito por
seres humanos, proviene de 'el mundo invisible', ¿cómo podría usted leerlo?”
Entonces Wei Gu preguntó, “¿qué hace aquí alguien de 'el mundo invisible'?” El anciano
contestó, “usted llegó demasiado temprano, no es que yo no debiera estar aquí.
Todos los administradores del Mundo Yin (mundo subterráneo) administran todo en
el mundo Yang, que también es llamado el mundo humano, ¿por qué no deberíamos
venir aquí?”
“Dígame, ¿usted de
qué es responsable?” preguntó Wei, “de los matrimonios de la gente” aseguró el
anciano; Wei Gu se exaltó y dijo, “mis padres murieron cuando yo era pequeño,
entonces me gustaría casarme a una edad temprana porque no quisiera que mi descendencia
se extinga. Sin embargo, todas las propuestas de matrimonio que hice durante
los últimos diez años fueron rechazadas. Alguien me comentó sobre la hija del
oficial Pan Fang, ¿piensa que ella se casará conmigo?” El anciano respondió,
“no, ella no será su esposa. La mujer con la que usted se casará tiene ahora
sólo tres años y se casará con usted cuando tenga 17. En este bolso llevo un
hilo rojo que uso para unir los pies de las parejas. Una vez que están
destinados a casarse, ato sus pies con este hilo rojo. No importa si son
enemigos, ricos, pobres o están separados por una larga distancia, mientras el
hilo rojo esté atado, ellos se casarán. Cuando los pies de ella estén atados al
suyo, será inútil para usted buscar otra”.
Wei Gu necesitaba saber más, “¿Quién es mi esposa? ¿Dónde vive ella?” El
anciano contestó, “su futura esposa vive con una familia que vende verduras, al
norte del hotel”. “¿Puedo verla?” preguntó Wei Gu. El anciano dijo, “ella
siempre está con la anciana que vende verduras, venga conmigo y se la
mostraré”.
Las personas con la que Wei Gu estaba supuesto a encontrarse en el templo no
aparecieron esa mañana. El anciano cerró el libro, recogió el bolso y guió a
Wei Gu al mercado. Al llegar allí, vieron a una anciana con un ojo ciego que
sostenía a una niña de tres años. Ambas lucían muy sucias y feas. El anciano
señaló a la niña y dijo, “Esa es tu esposa”. Wei Gu, en cólera, preguntó,
“¿Puedo matarla?” el anciano respondió, “Esta niña está destinada a ser rica y
a vivir una vida honorable y, además, encontrará la felicidad con usted. Por lo
tanto, ¿cómo podría ser asesinada?” Al instante el anciano desapareció.
Una vez que Wei Gu volvió a su casa, afiló un cuchillo, se lo dio a su criado y
le dijo, “Siempre has manejado bien mis asuntos. Si puedes matar a esta niña
para mí, te recompensaré con 10.000 monedas”. El criado estuvo de acuerdo y,
escondiendo el cuchillo en su manga, se dirigió al mercado, apresuradamente
apuñaló a la muchacha y se alejó rápidamente. Fue capaz de escapar de la escena
porque aquel día había una gran muchedumbre en el mercado.
Cuando el criado volvió, Wei Gu preguntó, “¿La apuñaló?” El criado contestó,
“Traté de apuñalar su corazón, pero fallé, entonces la apuñalé entre las
cejas”.
Wei Gu siguió proponiendo matrimonio a distintas mujeres sin ningún éxito.
Otros 14 años habían pasado cuando le ofrecieron trabajar para Wang Tai, un
funcionario de defensa en Xiangzhou. Tiempo después Wang Tai le entregó la mano
de su hija en matrimonio porque encontró que Wei Gu estaba altamente
calificado. La esposa de Wei Gu tenía entre 16 y 17 años y era muy hermosa. Wei
Gu estaba muy contento; sin embargo, observó que su esposa siempre ponía una
pequeña flor artificial entre sus cejas y nunca se la quitaba, incluso cuando
se bañaba.
Al final del año,
preguntó a su esposa por qué siempre llevaba puesta una flor artificial entre
sus cejas. Ella le dijo, “en realidad soy la sobrina de Wang Tai, no su hija.
Mi padre era el líder de un condado y murió en funciones, mi madre y hermano
murieron más tarde; yo era un bebé en ese entonces. La única propiedad que mis padres
dejaron era una casa al sur de la ciudad de Song. Viví allí con mi niñera Chen,
ella sintió lastima por mí y siempre me cuidó. Sobrevivíamos vendiendo
verduras. Cuando tenía tres años, estábamos con Chen en el mercado cuando
repentinamente un loco me apuñaló entre las cejas dejándome una cicatriz que
cubro con esta flor artificial. Aproximadamente 7 u 8 años más tarde, mi tío
vino a Lulong para asumir un cargo. Me adoptó como su hija y me mudé con él,
luego me casé con usted”.
Wei Gu asombrado indagó, “¿La niñera Chen tenía un ojo ciego?” Su esposa
contestó, “Sí, ¿cómo lo sabe?” Wei Gu confesó, “En realidad, yo envié a aquel
hombre loco. Esto es tan extraño”. Entonces relató a su esposa la historia
entera.
El destino
no puede ser cambiado por el hombre. Entendiendo esto, la pareja de ahí en
adelante se hizo más respetuosa el uno del otro. El alcalde de la ciudad de
Song oyó sobre este matrimonio predestinado y por lo tanto llamó a aquel hotel
“Hotel del Compromiso”.
Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, incluso enredarse, pero nunca romper.
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I love you my soul mate
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