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lunes, 20 de junio de 2016

LA NOCHE


53. El “Checo”, el “Rock and Roll”, el “American Bar”, el “London” y su trago amanecido. Refugio de marinos que bebían sus historias, de otros Puertos lejanos, y que a veces narraban en extraño español.

54. Entre faldas muy cortas y muslos generosos, escotes misteriosos y filo de puñales, el codiciado dólar abría cualquier puerta, piernas, brazos, botellas, camas por unas horas, conciencias y demases.

55. El Puerto olía a jabones baratos, a droga de tercera clase, a pescado y fritura, a perfume traído de la lejana Francia y regalado a la eterna prostituta del Puerto, un puerto más para el viejo marino que caminó la noche casi a la par conmigo.

56. Alguno se quedó por estos lados, enamorado de la vida que latía en el rojo corazón de la noche porteña.

57. Yo me fui, con mis tristes canciones y mi vieja guitarra, a conocer el mundo pensando en olvidarme de este Valparaíso donde dejé un par de años en sus piedras añejas.

58. También había un dolor, en mi pecho, que no calmó la vida, las mujeres del Puerto, el cuento del marino, en los amaneceres, ni el dólar, generoso, por cada canto herido.

59. Mi corazón sangraba, con dolor dulce y bueno, y yo era niño de modo que tenía la feliz inocencia de aquel que nada esconde y mira, con ojos de sabio misterioso que está aprendiendo todo para todo y en todo.

60. Así me fuí del Puerto pero no me fuí nunca. Me quedé para siempre como el añejo marino que vende cosas viejas, en el Mercado Persa, soñando con sus barcos y un ausente Domingo.

61 Yo me quedé, también, joven y aventurero. Han pasado los años y he regresado al Puerto.

62. Pero nada es igual (veinticinco no es nada). Ironía del canto, el Puerto no está, se lo llevaron.

LA MUJER Y LA NOCHE.

63. Yo me bebía las olas, apasionadamente. La bóveda celeste, reflejada en las aguas, era mi desafío. Irme lejos. Nunca supe por qué esta ilusión fue mía desde niño.

64. Sin embargo el Puerto del pasado me atrapa con sus redes invisibles y me ata, con sus hilos de plata, al tiempo que no existe.

65. Sueño con ir al mar, entrar en él y salir del agua vestido de nocturnas estrellas para internarme, Puerto, en tus calles de piedra.

66. Ámame, mujer de amor liviano. No te puedo comprar pero te me regalas. Soy parte de este concierto extraño que empieza, cada noche, con música en el Bar.

67. Un vaso de ginebra, de ron, tal vez de vino. En la “Pensión La Rosa” guitarras y tonadas. Una sopa marina, un mariscal caliente, una mirada viva y los bohemios de siempre.

68. En el “Nunca Se Supo” las guitarras porteñas sonaban cueca y cueca, cueca y cueca chilenas. El “Periquín” hacía milagro el acordeón y Ricardo Acevedo vestía de frac la modesta guitarra de mi patria naciente.

69. Yo soñaba, despierto, a las seis de la mañana. Nunca era el día justo porque siempre el ayer y el hoy se confundían con un rayo de sol que marcaba la hora de regresar, a “casa”, al descanso bendito.

70. A “casa”: Una pieza, una cama, un velador y el viejo ropero de tres cuerpos que tenía un espejo donde se reflejaba la juventud eterna.

 71 Desnudo, contemplaba mi cuerpo. Era delgado y pálido de trasnochada y hambre. ¿Sabrían las mujeres, que un día me abrazaron, que yo era un poeta y que las amé de veras?

72. Por un sólo minuto las amé; las amé, les canté y aún les adeudo tanto.

73. ¿Cómo puedo pagar las noches de caricias cuando me sentí niño y me dolía la ausencia de mi querida madre?

74. Tal vez fui hombre, a veces, pero más era niño sediento de una madre y buscaba, entonces, el regazo materno en cada hembra que además era amiga pues los que van de noche, sufriendo sus miserias, son hermanos, amigos y familiares cercanos unidos por la tonta pirueta del destino.

75. Valparaíso, doloroso y feliz, quiero cantarte en tiempo presente pero el pasado viene a mi pluma, que escribe, y nada puedo hacer por impedir que sea.

76. Hoy soy poeta errante por tus desconocidas calles. Estoy viejo de vino, de años, de viajes.

77. He cumplido mi sueño viejo Valparaíso. He caminado el mundo pero siempre regreso y hoy te pongo en un libro para que el joven sepa que hubo un Puerto, en el mundo, mágico como un cuento.

78. Así escribí: “Las olas, el mar, el invierno, la sal y una gaviota vuela sobre el agua.

79. Valparaíso está allí, donde la selva es todo Puerto, donde la historia es todo el humo, donde el mañana es puro cuento. Tal vez la vida, no lo sé.

80. La calle hacia el mar, borracho de andar, un hombre muerde su pescado.

81 Valparaíso está allí. En la cerveza sin espuma, en el pequeño de ojos tristes, en la mujer tosca y desnuda. Tal vez un sueño, no lo sé.

82. Y el cerro de cristal una vez se rompió y este Puerto nació de sus pedazos. Y el gitano pasó con su laúd y se bebió una copa a su salud.

83. La Caleta, esperar, un cigarro liar y hay un hermano, pobre, que no vuelve.

84. Valparaíso está, allí. En la garganta seca y ronca, la red vacía sin pescado, en la mañana silenciosa.

85. Tal vez la vida, no lo sé.

86. Allí donde hay una mujer que, sin amores, va de marino en marino, eternamente. Allí donde han anclado los dolores está Valparaíso para siempre”.

87. Y el doloroso canto se me pegó en la garganta y hay veces que lo escucho sonar en las Radioemisoras y casi desconozco mi voz.

88. Es que no puedo volver a cantar como en el tiempo de los añejos bares, por monedas, cuando Villarreal extendía la mano y yo cantaba, enamorado del viejo Puerto y sus estrellas.

89. Me quedé para siempre en el pasado. Algo de mí se quedó aquí y pertenece a este mar, a esta playa, a esta noche, a este Hotel Uruguay, en la calle Uruguay, más allá de la plaza, un poco más allá.

(Continuará...)

viernes, 17 de junio de 2016

DIECISEIS AÑOS y LA RECTA FINAL


2613. Algo ha ocurrido en esta Patria linda. Sus habitantes estamos dieciséis años más viejos. Hay otra generación que viene atropellando y que tiene una formación diferente.

2614. Se han deteriorado muchas cosas y han florecido ideas, en algunas cabezas, que parecen sacadas de un cuento de terror.


2615. Pero no hay culpables. Tenía que ocurrir para que algunos aprendiéramos a conocer al mundo interno de quienes nos rodean.


2616. Mi viejo compañero de trabajo, por ejemplo, Roberto Parra, camarada de tantas jornadas, sostiene que gracias a este Gobierno ha podido obtener todo lo que posee.


2617. Tiene razón. No ha sido de otra manera.


2618. Sin embargo me duele escucharlo decir que si hubiese continuado el Gobierno del pueblo jamás habría logrado sus condiciones de Hoy.


2619. Entonces entiendo, escuchándolo hablar, por qué hay un candidato que representa al oficialismo que se atreve a salir a la calle a prometer un cambio que no existe en sus planes.


2620. Dolorosa experiencia.



LA RECTA FINAL.


2621. Aparecen los candidatos a tres bandas. Chile se prepara para enfrentar al desafío de reconstruir la Patria.


2622. Hay que recuperar las valores perdidos y recoger los pedazos de nuestra cultura para hacerla, de nuevo, un todo.


2623. Habrá que reeducar a los jóvenes, en lo que respecta a los reales valores cívicos y morales, y enderezar la economía.


2624. Hay trabajo difícil y para mucho rato, pero gente suficiente para la magna tarea.


2625. Diecisiete Partidos Políticos se unen para apoyar una de las alternativas encabezadas por Patricio Aylwin, Demócratacristiano.


2626. Es un espectro amplio y nunca visto.


2627. Toda la gama Socialista, los Radicales, los Independientes, hasta el Partido Comunista, el MAPU y el Movimiento de Izquierda Revolucionario.


2628. ¿Quién entiende eso?


2629. Por otro lado aparece Francisco Javier Errázuriz, candidato por su cuenta, descalificando todo y presentando una nueva alternativa que nos recuerda a un tristemente célebre Cura de Catapilco, esta vez desarrollado y pije.


2630. El Oficialismo levanta la bandera de uno de sus Ministros, despliega una millonaria publicidad y así convence a muchos de que su abanderado hará, desde el sillón de O'Higgins lo que no hizo desde su Ministerio.


2631. Su campaña millonaria desorienta al pueblo.

(Continuará...)

GABRIEL, EL ÁNGEL.


43. En el Cerro Polanco, en la calle Luqueto, vivía un peluquero de nombre Gabriel. Ese nombre, de ángel, era el nombre de un ángel que nos abrió su casa y su corazón porteños. 

44. Compartió el pan y el vino con este incipiente cantor que no sabía que detrás del acodeón o de la mandolina, vivía un ángel llamado Gabriel Angel, Gabriel Puerto, Gabriel Canto, Gabriel Amigo, Gabriel Esperanza, Gabriel Cariño, Gabriel Mar.

45. Había que meterse en un túnel, helado, de piedra húmeda de agua de cerro y mar azul. (Siempre pensé que esa helada cuadra de camino era como la muerte).

46. Al final del oscuro pasillo estaba el ascensor y , después de escender, colgado de sus cables, bamboleando su crujiente caja de madera de barco, aparecía el cielo y estaba yo, en la cumbre del cerro misterioso y verde.

47, Allá abajo el mar, los barcos en el puerto y la magia de Valparaíso metiéndose por los ojos y en mi poesía.

48. Yo no sabía eso. Juro que no sabía. No sabía que algún día cerraría los ojos y vería, de nuevo, este milagro de casas suspendidas y el espejo del mar reflejando en el cielo azul de esta América, limpia, donde nací y escribo.

49. En el número sesenta, de la calle "Luqueto", una copa de vino y el viejo peluquero (el con nombre de ángel) nos hablaba de tiempos que vendrían mejores para "esta juventud" y pasaba la noche entre acordeón y tangos, que no olvidaré nunca.

50. Mi hermano, el ángel, el acordeón, el tango, pálido amanecer y la vieja poesía de hoy que vive entre tus manos mientras lees y lees es estos viejos versos.

51. Y todo es viejo, de color desteñido, mientras canto mis añejos recuerdos de este Valparaíso noble que algún día me vio pasar, joven, por sus calles y su historia de Puerto Esperanza y Sol. 

52. Alguien me contó que el ángel peluquero ya no existe. Dicen que se quedó dormido junto al blanco acordeón que alegró nuestras noches alguna vez. "...Acaso te llamaban solamente María..." 

(Continuará...)

miércoles, 15 de junio de 2016

VICTOR VILLARREAL


Victor Villarreal - Roberto Parra - Tito Fernandez

34. En el viejo Valparaíso encontré a un hermano. Un hermano de canto y de aventura. Con él compartí las viejas calles y las añejas canciones, repetidas de bar en bar, todas las noches.

35. Víctor Villarreal Romanni: Levanto mi voz para cantar tu nombre y desde donde esté, mi alma te bendecirá por todo lo que hiciste algún día. Los cantores de tiempo, que cantan a este Puerto, deben agradecerte por haber sido testigo de cómo nace un compañero de lucha y por haberle dado, a este recién nacido, tu amor de hermano también recién nacido.

36. Algún día tocarán a tu puerta y te preguntarán. Perderás tu anonimato, bello, y tal vez te emborraches, como todos, con el llamado triunfo efímero y mortal.

37. Te pido perdón, hoy, por todo eso que te va a ocurrir y me culpo, en parte, de ese estado de cosas.

38. ¿Te acuerdas de la vieja escalera del Hotel Uruguay? ¿Te acuerdas de sus camas? ¿De sus mariposas, nocturnas, que nos daban en besos todo su tesoro?
39. ¿Te acuerdas de sus cuerpos vendidos, regalados, que eran, un poco, nuestros porque ellas se daban a nosotros tal vez para soñar que eran madres o novias?

40. La vida tiene color a cielo, azul, mientras escribo, a media tarde, y te veo guardando las monedas para comprarme un trozo de carne y celebrar mi veintitrés cumpleaños, una noche

41 Así aprendí, de ti, la palabra cariño y la atesoré por muchos años repitiendo tu gesto en lugares del mundo por donde hoy día ando y canto.

42. Víctor Villarreal Romanni: Serás mi hermano, por los siglos de los siglos, mientras un verso mío exista sobre la faz de la tierra, escrito, cantado o pensado por algún ser viviente con rasgos o sin rasgos humanos.

(Continuará...)