2425. Se fue triste de ver la Patria ensangrentada. Dolido de
impotencia se fue nuestro Neruda.
2426. Su Matilde adorada cerró sus ojos y bebió su último aliento
en el beso postrero.
2427. El ruido de las balas acompañó su muerte y el estruendo del
cañón le dijo adiós.
2428. Caían sus hermanos mientras Pablo moría.
2429. Era una guerra tonta la que había en las calles, porque no
puede ser enemigo un hermano.
2430. El mundo conmovido quiso llevarse a Pablo, Pero aquí se
quedó. Por propia voluntad se quedó aquí. Junto a su cordillera. Junto a su
mar. Junto al amado obrero y al precioso estudiante que caía, abatido, con sus
hermosos ojos preguntando por qué.
2431. Pablo moría para nacer, cantando, al mundo de los Libros y a
la gran esperanza.
2432. Su cuerpo fue llevado hasta una tumba ajena. No se respetó,
entonces, su deseo de dormir frente al mar.
2433. Allá en la Isla Negra, sonando, sus campanas lloraron con el
viento esa mañana.
2434. Pablo se fue dolido, triste. "No puede ser" decía,
"no puede ser".
2435. Era el mes de Septiembre y no hubo Primavera.
GIMNASIO
CUBIERTO DE
PUNTA ARENAS.
2436. Alguna vez anduve por aquí con mi canto, pequeño en ese
entonces, intentando decirle a los hombres que el amor todo lo puede.
2437. Y no fui bien tratado por los jefes de turno.
2438. Sin embargo la gente de este pueblo premió con un aplauso,
sincero, mi breve intervención.
2439. Me llevé, entonces, un cariño grande para seguir repartiendo
por el mundo.
2440. Luego volví muchas veces, pero no a este sitio.
2441. Volví a este pueblo, pero no a este sitio.
2442. Hoy estoy aquí. Soy el que soy. Tengo una verdad que decir y
la diré. Con jefes de turno o sin ellos.
2443. Alguien me ve llegar y corre a ofrecerme su casa, su mano
cariñosa, esa que yo canté aquella vez lejana, y que volveré, hoy a cantar.
2444. En este camerino, sólo con mis recuerdos, anoto, en este
Libro, que la austral Punta Arenas me recibe con viento, con árboles verdes,
con cielo azul y un pájaro.
2445. Un cantor no necesita más para sentirse en casa, por lo
menos mientras vibre en el aire la expresión sublime de su espíritu vivo,
llamado por los hombres, El Canto.
(Continuará...)