2392. Así regresé al mundo con "Permiso Oficial" y volví
a mi trabajo en un Teatro del Centro donde un hombre, casi anciano, había
conseguido, tras arduos esfuerzos, una "autorización" para que El
Temucano subiera a su escenario, por lo menos allí.
2393. La gente me recibió con una ovación cuando aparecí, con mi
guitarra, cantando sin poder esconder mi tristeza.
2394. Alguien criticó mi pelo más corto. Ignoraba, sin duda, que
me fue cortado con un cuchillo de guerra y que, atado de manos, no pude
impedirlo.
2395. Alguien dijo que yo había hecho un pacto con los militares y
que, por lo tanto, era un traidor a mi pueblo.
2396. El periódico oficial publicó una "entrevista" a
Tito Fernández encabezándola con un gran titular que rezaba: "Tengo plena
libertad para trabajar y cantar".
2397. A mí me dolía todo aquello pero nada podía hacer.
Estaba cantando y eso era más de lo que había pedido.
2398. Un día dije: "Canto popular" otro día dije: “Nueva
Canción Chilena” otro día dije: "obrero" otro día dije: "Pablo
Neruda" otro día dije: "Violeta Parra".
2399. Así fui "diciendo" y cantando las palabras y los nombres
prohibidos, por decreto, hasta llegar a Víctor Jara.
2400. Alguien se atrevió y las repitió. Así fuimos recuperando el
canto.
2401. No fue de otra manera. Así fue. Quien diga otra cosa no sabe
de esta historia y la "licencia" para el canto le llegó de alguna
fuente, que tomó la chispa de partida de aquel cantor envejecido, y triste, que
sonreía entre plumas y bikinis desde el bello escenario del viejo Bim Bam Bum,
en el Teatro Opera de la otrora bohemia calle Huérfanos.
2402. Así fueron mis primeros pasos. Lamento echar a perder todos
los cuentos que se inventaron para hacerme aparecer como “víctima” de la
brutalidad militar.
2403. No es verdad que me quebraron las manos y que por eso no
tocaba la guitarra como antes. Eso no es verdad.
2404. Tampoco es verdad que me vendí al gobierno porque el
gobierno no me compraría por ningún dinero.
2405. Yo sólo tengo valor para mi pueblo y mi pueblo no tiene que
comprarme porque yo le pertenezco en cuerpo y canto.
2406. Tampoco es verdad que me he hecho rico cantándole al obrero
y viviendo como patrón.
2407. Algún día los que visiten mi modesta casa tal vez vean, en
una flor en mi ventana, el amor del color del corazón.
2408. Y no podría vivir de otra manera porque la vida no es nada
más que eso: vida.
2409. Diez años más viejo eché a caminar otra vez, por el sendero
del canto, con un poco de miedo pero sabiendo que de mis palabras, de allí para
adelante, dependerían muchas cosas.
2410. Gracias Don Eduardo Felis Peña. Gracias Mario Kreutsberger,
por todas las gestiones que hicieron para que Tito Fernández pudiera cantar de
nuevo.
2411. Gracias debo dar a Don Juan Chávez por todos sus esfuerzos.
Gracias a Don Roberto Inglez y a Guillermo Vera. Y a "Gomina” Sánchez, que
hicieron posible el regreso de mi voz a los discos.
2412. Hay mucha gente que afirmó mis primeros pasos. Gracias a mi
compañera, a mis vecinos.
2413. Así comencé a andar, con la ayuda de muchos. Es la única
verdad. No hay otra. Cualquiera que te cuenten, si no es esa, no es. Así de
sencillo. No Es.
EL SUR.
2414. Esta vez el Sur. Muy al Sur. Al otro lado del Estrecho de
Magallanes. En Cerro Sombrero, en la Patagonia, donde trabajan los hombres del
Petróleo.
2415. Por aquí paso y canto. El viento me hace tambalear y quiere llevarse, flameando, como una
bandera, mi poncho mapuche.
2416. Canta la tierra y el cielo gris.
2417. Un niño, curioso, me pregunta: ¿Quién es Usted? Entonces
comprendo que ha pasado mucho tiempo.
2418. Alguien me regala un libro y alguien me regala un libro. Leo poemas que cuentan cosas de esta
zona y de esta gente y me gusta el regalo.
2419. Los profesores me invitan a un asado y compartimos un rato
de amigable charla junto a un vaso de vino y a una parrilla de carne de
cordero.
2420. Alguien se acerca para pedirme ayuda. Hace algún tiempo que
ocurre eso La gente con problemas me ve y se me acerca ilusionada y no entiendo
por qué piensan que yo tengo el remedio para sus males.
2421. ¿Tal vez será mi canto? ¿Mi no hacer problemas? ¿Mis canas?
2422. Descubro, de pronto, que quiero volver a casa, a jugar con
las rosas y a cuidar mi naranjo.
2423. Ando por estas tierras desgranando mi canto y tendiendo la
mano para pedir y dar.
(Continuará...)
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