2284. Así quedé, con la vida agarrada de un hilo delgadísimo,
pendiendo de la "suerte" o qué sé yo.
2285. Tirado boca abajo, sobre el frío cemento del Hangar Número
Uno, con los brazos abiertos y el corazón saltando, me acordé de mi madre y de
su tibio abrazo.
2286. Entonces elevé una plegaria y le pedí la vida.
2287. No me importaba ni siquiera el canto. Sólo quería salir vivo
de allí, regresar a casa y comenzar de nuevo.
2288. Podría ser, otra vez, obrero de la construcción, lavador de
platos, vendedor de diarios, lustrador de zapatos. Pero, para todo eso,
necesitaba la vida.
2289. Entonces se la pedí a mi madre. En silencio. Con los ojos
húmedos, confiado. Así supe que viviría y me quedé tranquilo.
2290. No puedo relatar las cosas que puedan ser perjudiciales para
nadie. No es esa la idea. La idea es el amor y eso es lo que escribo.
2291. Un día se acabó aquel pasar incierto cuando fui llamado, de
viva voz y por mi nombre completo: "¡Humberto Waldemar Asdrubal Baeza
Fernández, preséntese a la guardia!"
NOTAS.
2292. Consigno, en estas notas, que a Viernes 29 de Septiembre de
1989 el candidato del oficialismo pasa por la plaza principal de Concepción y
es abucheado por el pueblo.
2293. Hace muy poco fue abucheado, también, por la gente del
sector en que yo vivo.
2294. No me consta otra cosa, hasta el día de hoy.
2295. Pero por lo que he oído la gente no lo quiere. A pesar de su
despliegue de sonrisas. A pesar de la super millonaria propaganda. A pesar de
sus múltiples promesas la gente no lo quiere.
2296. Es que el pueblo quiere paz y él no la representa. Es que el
pueblo quiere justicia y él no la representa. Es que el pueblo quiere pan y él
no lo representa. Es que el pueblo quiere a su representante y él no es el
hombre indicado para eso.
2297. Entonces aparecen los gritos, las consignas, las ofensas.
2298. No me gustan las ofensas. Ni en este caso ni en ningún otro.
No me gustan los insultos ni las patadas. Mi madre me dio la vida dos veces y
no fue para eso.
(Continuará...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario